Cardiopatía y sus antecedentes familiares

Aunque haya un historial de cardiopatía en la familia, no tiene por qué ser su fatalidad. Todos somos responsables de cuán saludables somos y de cómo controlamos nuestra salud: cómo comemos, cuánto nos movemos y cómo reaccionamos ante las frustraciones y preocupaciones diarias.

Sin embargo, no todo está bajo nuestro control. La genética familiar, por ejemplo, es cuestión de suerte; su abuela le transmitió su propensión a las cardiopatías, pero también le dio su hermosa dentadura y las pestañas rizadas. Si usted es afroamericano o latino, su condición étnica es otro riesgo genético para su salud cardíaca.

No puede cambiar su genética, pero puede instruirse y aprender cómo reducir sus factores de riesgo. 

Lo que necesita saber

En principio, averigüe sobre la salud y la causa de muerte de sus hermanos, padres y abuelos. Preste atención a términos como derrame cerebral, ataque cardiaco, cardiopatía, insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, infarto, cardiopatía isquémica, enfermedad cardiovascular y afecciones relacionadas como hipertensión arterial, colesterol alto y diabetes.

  • Si están vivos, ¿están lidiando con problemas del corazón?
  • Si fallecieron, ¿cuál fue la causa de la muerte?
  • ¿Qué otros problemas de salud tuvieron?
  • Pregunte a todos sus familiares qué edad tenían cuando les diagnosticaron la enfermedad.

No es necesario que investigue más allá de sus abuelos, pero sí es necesario que obtenga información precisa, la escriba y la comparta con su proveedor de servicios de asistencia médica.

Controle lo que pueda

Una vez que conozca sus antecedentes familiares, puede cambiar los factores del entorno que aumentan las posibilidades de tener una cardiopatía. Esa parte está por completo bajo su control y tiene un efecto directo sobre los riesgos genéticos que pueda haber heredado. Puede leer artículos, tomar clases de cocina, ir a un gimnasio, programar evaluaciones o hacerse un examen físico completo; todas estas son buenas medidas.

Realice cambios poco a poco; es fácil sentirse abrumado cuando se producen muchos cambios. Recuerde: establecer hábitos saludables no es un proceso de todo o nada. Una vez que ha establecido un hábito, continúe con el siguiente. La medida más importante que puede tomar es decidirse a cambiar.

 

Los pequeños cambios conllevan grandes beneficios: 

Dése permiso para "hacer trampa" de vez en cuando, pero también festeje cómo se siente hacer algo saludable, perder unos kilos o respirar sin inconvenientes, o sentirse bien consigo mismo.

  • En lugar de pedir papas fritas en el almuerzo, coma una ensalada con un aliño light.
  • Elija agua en lugar de refresco.
  • Haga una caminata enérgica en vez de fumar un cigarrillo. 
  • Comunique sus emociones a sus seres queridos en lugar de recurrir a la comida para reconfortarse.

Consideraciones de cuidado

Como cuidador, debe considerar otros factores del entorno (y otras responsabilidades por las que debe mantenerse saludable). Es probable que deba salir a caminar con su ser querido, incorporar a su cocina saludable las necesidades dietarias de este y encontrar maneras más saludables de lidiar con el estrés, las frustraciones y las preocupaciones que acompañan los cuidados. No es necesario que lo haga solo, hay abundante información al alcance para que mantenga su corazón sano. Comience por visitar el sitio web de la American Heart Association.

Al igual que sus antecedentes familiares, su rol como cuidador es natural. Depende de usted cambiar lo que pueda.

Averigüe si el cuidado de hospicio podría ayudar a su ser querido.