¿Qué es el cuidado paliativo?

El cuidado paliativo, una especialidad médica certificada por la junta desde 2006 en EE. UU., ha existido durante siglos. La mayoría de las personas se ha sometido a la medicina paliativa, que se centra en el cuidado para mejorar el confort, el manejo de síntomas y el alivio del dolor.

Si se fracturó un hueso, el médico tratará de inmovilizarlo con un yeso y le recetará analgésicos para que se sienta más confortable. El yeso es curativo, mientras que los medicamentos son paliativos: mejoran su calidad de vida mientras usted y su médico se enfocan en la quebradura.

Paliar es "hacer que una enfermedad o sus síntomas sean menos graves o angustiantes sin eliminar la causa".

Por lo general, el cuidado paliativo se proporciona en el contexto de una enfermedad grave: trastornos pulmonares progresivos crónicos; enfermedad renal; insuficiencia cardíaca crónica; VIH/SIDA; condiciones neurológicas progresivas; cáncer, etc. Procura satisfacer las necesidades físicas, emocionales y psicosociales del paciente al brindar confort y mejorar su calidad de vida.

Un ejemplo: un oncólogo que prescribe quimioterapia para tratar el cáncer también se encarga de las náuseas, la depresión y la ansiedad al recetar un ansiolítico, recomendar un terapeuta o coordinar visitas de mascotas. Los trabajadores sociales y capellanes también brindan apoyo para la familia. Todos estos mecanismos para afrontar enfermedades son considerados paliativos: mejoran la calidad de vida del paciente mientras el paciente y el médico tratan el cáncer.

¿Cuál es la historia del cuidado paliativo?

El cuidado paliativo surgió del movimiento para cuidados de hospicio. Actualmente, 1,700 hospitales con 50 o más camas ofrecen especialistas o equipos de cuidados paliativos. Trabajan en conjunto con los especialistas y el equipo de asistencia médica del paciente para abordar la angustia física, psicológica, social o espiritual producida por una enfermedad grave y su tratamiento.