Entender el hospicio y la morfina

Al igual que la palabra "hospicio", la palabra morfina puede ser aterradora, hasta que conoce un poco más sobre ella.

"Ciertamente", dice Maite Hernandez, enfermera registrada y directora de entrenamientos en VITAS Healthcare en Florida, "la morfina es un medicamento que se administra incluso en los entornos de cuidados agudos en el hospital".

La morfina sirve para aliviar el dolor asociado con todo, desde el parto hasta algún tipo de cáncer avanzado, donde el paciente puede esperar una recuperación total o está recibiendo servicios de hospicio.

Sin embargo, cuando los pacientes y sus cuidadores escuchan la palabra "morfina", a veces temen que su médico se haya dado por vencido y que ellos o alguien a quien aman permanecerán sedados y morirán. Y los médicos que por lo general no prescriben medicamentos avanzados para el dolor se pueden sentir desconfiados de recetar morfina.

Su médico puede consultar con un médico de cuidado paliativo acerca del manejo del dolor, especialmente cuando se trata de cuidado del cáncer.

Sin embargo, los médicos de cuidado paliativo y de hospicio tienen experiencia en el uso de opioides para controlar el dolor de sus pacientes rápidamente utilizando la menor cantidad de medicamentos posible. Entonces, "ajustan la dosis", controlando la dosis y los síntomas de cada paciente para que alcancen el nivel adecuado para controlar el dolor con la menor cantidad de efectos secundarios posibles para ese paciente.

Nadie necesita vivir con dolor

Nadie, en ninguna etapa de la vida, debe vivir con dolor. Prácticamente cualquier tipo de dolor se puede aliviar con medicamentos. Con un dolor reducido a un nivel tolerable, la persona puede comer y dormir, estar mentalmente alerta y conservar una cierta independencia, dignidad y cuidarse a sí misma. Conclusión: la morfina puede mejor la calidad de vida.

Los "opiáceos", que se pueden tomar por vía oral o administrar por vía intravenosa, incluyen morfina, codeína, hidrocodona, oxicodona, hidromorfona, etc. Los opiáceos derivan de las "adormideras" (opium poppies). Los "opioides" son drogas manufacturadas que tienen el mismo efecto que los opiáceos naturales. Ambas clases de medicamentos son calmantes fuertes, seguros y efectivos cuando se prescriben y usan de manera adecuada.

Morfina y dificultad respiratoria

Para los pacientes de hospicio que tienen dificultad para respirar, las pequeñas cantidades de morfina bien controladas y valoradas regularmente pueden ayudar a aliviar la dificultad respiratoria al disminuir el líquido en los pulmones y al alterar el modo en que el cerebro responde al dolor. Además de disminuir la respiración rápida, la morfina también alivia la ansiedad que la persona siente por tratar de obtener oxígeno. Una vez que se ha controlado la respiración, los médicos ajustan la dosis regularmente conforme al tipo de morfina usada, según el nivel de tolerancia única de cada paciente y los síntomas respiratorios específicos.

Un 2019 estudio realizado por dos terapeutas respiratorios de VITAS en Chicago (Lukcevic, A., y McCoy, V., publicado en Symbiosis) arrojó que pequeñas cantidades de morfina aerolizada pueden también servir como un "puente" para facilitar la respiración en un grupo selecto de pacientes de hospicio y de cuidados paliativos, la mayoría de ellos con diagnóstico de cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar grave, o falla respiratoria asociada a otras enfermedades. Este método de administración funciona mejor para los pacientes que tienen menos opciones de tratamiento para su dificultad respiratoria o para quienes los tratamientos respiratorios convencionales ya no les resultan efectivos.

En la mayoría de los pacientes, las pequeñas dosis orales de morfina dirigidas a aliviar a la dificultad respiratoria tienen mucho éxito y una buena tolerancia.

Qué hay que saber

Existen algunas preocupaciones válidas sobre el consumo de morfina que se pueden abordar de manera rápida y directa:

Somnolencia y letargo: la morfina puede causar sedación al principio, pero con el correr de los días este efecto disminuye. Al disminuir el dolor y facilitar la respiración, los opiáceos permiten que el paciente finalmente pueda dormir. En ciertas ocasiones y una vez que el paciente se sienta más confortable y haya descansado, puede aumentar el interés en las actividades cotidianas.

Náuseas: inicialmente el paciente puede tener náuseas, pero estas tienden a desaparecer luego de algunos días de haber comenzado a consumir la morfina. Mientras tanto, las náuseas se pueden tratar con una cantidad limitada de medicamentos adicionales. 

Constipación: es posible que haya constipación con la morfina y otros opiáceos/opioides, pero se trata agresivamente para garantizar que el paciente esté confortable.

Menor eficacia con el tiempo: la tolerancia es posible, pero no siempre es un problema cuando la morfina se usa para controlar el dolor. Es más probable que la enfermedad haya empeorado con el correr del tiempo, y eso resulta en mayor dolor. El médico del hospicio puede incrementar la dosis si el dolor aumenta. Por lo general, los médicos comienzan con dosis de morfina bajas; si el dolor aumenta, la dosis se puede incrementar. 

Adicción: la adicción es rara (menos del 1%) en pacientes que toman morfina para el dolor. Sin embargo, es verdad que luego de dos semanas o más de consumir morfina, no se debe dejar abruptamente. El cuerpo necesita desintoxicarse de los opiáceos para que se pueda adaptar; eso es la fisiología humana normal y no una adicción.

Si usted o alguien que ama tiene una afección que ocasiona dolor crónico o agudo y los medicamentos sin receta, como paracetamol o ibuprofenos, no hacen efecto, hable con su médico para que le prescriba un opiáceo.

"Una de las hermosas cosas que el hospicio puede hacer es brindar atención las 24 horas en el hogar cuando existe un síntoma agudo que se debe controlar", explica Maite. "Entonces, si un paciente comenzó a tomar morfina debido a un síntoma agudo, como dolor o dificultad respiratoria, habrá una enfermera allí para que lo monitoree".