Voluntarios de hospicio plasman historias de pacientes
Cuando Marcia Elving vio un anuncio para voluntarios de historias de vida con VITAS® Healthcare, dijo: "Sabía que era la forma ideal de trabajo voluntario para mí". En la actualidad, está capacitada para recibir a un paciente de hospicio, entrevistarlo, registrar sus recuerdos y crear algo, ya sea un álbum, un video, una grabación de audio, que se le pueda dejar a su familia.
Marcia solía ser enfermera, y cambió el rumbo laboral para trabajar en el laboratorio informático de una escuela antes de jubilarse, por lo que se siente cómoda rodeada de equipos digitales. Había filmado a su madre antes de morir contando historias graciosas sobre la familia. Si bien era muy doloroso mirarlas al principio, Marcia dice que ahora atesora esas grabaciones y le encanta mirarlas. Marcia estaba hecha para ser voluntaria de historias de vida.
Los voluntarios de hospicio prestan servicios especiales a los pacientes y sus familias. Algunos se sientan con un paciente para que el cuidador tenga algo de tiempo libre; otros pueden leer en voz alta, llevar al paciente a algún sitio o hacer visitas con mascotas. Un voluntario de historias de vida trabaja mejor con un paciente alerta que responde preguntas y disfruta del proceso de narrar historias. Cuando era coordinadora de voluntarios de VITAS en Pittsburgh, Amanda Olsen le sugirió a Marcia que Catherine Warzynski era una paciente a quien le gustaría contar su historia; terminó descubriendo que fueran hechas la una para la otra.
Ayudar a los pacientes a dejar un legado de historias de vida
Marcia programó una cita para hablar con Catherine (a quien todos conocen como Punkin, excepto Marcia, quien la llama Catherine). Descubrió que los tres hijos de Catherine querían ser parte del proyecto de historia de vida. Marcia le pidió permiso a toda la familia para filmar sus visitas a Catherine. En las siguientes tres semanas la familia se reunió para rememorar, hacer preguntas, recordar anécdotas, reírse y terminar las frases del otro. Las fotografías antiguas hicieron lo suyo, mientras Marcia les refrescaba la memoria con las preguntas adecuadas en el momento justo.
Marcia se llevó la filmación a casa y la editó, y ordenó las historias y comentarios en un arco cronológico: infancia y juventud, matrimonio, familia. Hizo cuatro copias, una para Catherine y una para cada uno de sus hijos.
Pero eso fue solo el comienzo. Marcia recopiló todas las notas que tomó mientras la familia recordaba anécdotas, hizo copias de algunas de las fotos antiguas y agregó fotos que había tomado de Catherine y sus hijos durante sus visitas. Escribió una narración y la imprimió en letra grande en un álbum de recortes con muchas páginas. Forró este álbum familiar único con tela decorativa, le puso un borde de cinta de encaje y lo tituló "Libro de recuerdos de Catherine".
Catherine insiste en decir que hay más recuerdos en ese libro de los que ella misma podría haber recordado alguna vez. Marcia se ríe. "Fue un proceso de mucha colaboración. Todos hablaban, yo hacía preguntas y Catherine recordaba".
Marcia sigue visitando a Catherine, aunque el trabajo haya concluido. "No puedo dejar de visitar a Catherine", explica. "Catherine es la persona más dulce que jamás haya conocido".
Ahora, Marcia y Amanda, la coordinadora de voluntarios, están buscando otro paciente de VITAS que haya elegido el hospicio mientras todavía puede disfrutar de la vida y contar su historia. Y Marcia espera con ansias su próximo proyecto de historia de vida.
"Hasta que vi el anuncio, no me había dado cuenta de que dejar una historia de vida era una opción para los pacientes de hospicio", dice. "¡Qué maravillosa oportunidad para que la gente pueda dejar un legado feliz!"