Qué decirle a un niño cuando pregunta sobre la muerte
Dígales la verdad a los niños
Cuando un ser querido muere, los niños deben saber lo que está sucediendo a medida que sucede. Se les debe decir la verdad. Se debe fomentar que hagan preguntas, y estas se deben responder.
Las respuestas deben ser específicas, directas y breves. Deben estar dirigidas al niño según su nivel de comprensión. Está bien que los adultos le digan a un niño que no saben la respuesta a una pregunta.
Por lo general, los niños solo pueden absorber fragmentos de información a la vez, así que preste atención a sus señales. A menudo repiten las mismas preguntas simplemente como una forma de asimilar las respuestas.
Hablar con los niños sobre la muerte
Compruebe que el niño entienda lo que se dijo. Los adultos que no estén seguros de lo que quiere preguntar un niño deben profundizar en el tema preguntando qué quiso decir o qué sabe sobre el tema.
¿Por qué murió papi?
Es importante investigar más a fondo para evaluar si están haciendo esta pregunta porque se sienten tristes, enojados o culpables por la muerte. Si es así, es imperativo permitir que el niño exprese esos pensamientos y sentimientos. El niño debe saber que es válido que la muerte no le resulte justa. Pero también puede ser que esté preguntando sobre el proceso físico de la muerte.
¿Cuándo volverá mi mami?
Está bien decirle a un niño de una manera amable y amorosa que las personas que mueren no vuelven, que por mucho que quiera que mamá vuelva, ella no puede porque está muerta. A veces es tranquilizador que un niño sepa que puede conservar sus sentimientos y recuerdos sobre su ser querido, y de esa manera su ser querido siempre estará presente. También puede ser tranquilizador saber que no siempre se sentirá tan triste por la ausencia de su ser querido.
¿Dónde está el abuelito ahora?
Antes de responder a esta pregunta, es útil saber dónde creen ellos que está el abuelito. La respuesta del adulto se basaría entonces en esa creencia. Si el niño cree que el abuelito está en el cielo porque esa es la creencia espiritual de la familia, entonces esa creencia debe ser validada. Para minimizar la confusión, podría ser útil recordar al niño sobre el entierro; por ejemplo, que su ser querido fue colocado en un ataúd bajo tierra.
¿Morirás también?
Al responder a esta pregunta, es importante dar seguridad y apoyo, pero también responder con honestidad. Un ejemplo sería: "Moriré en algún momento, pero espero estar aquí mucho tiempo todavía. No tengo ninguna enfermedad grave". A veces, cuando un niño hace esta pregunta, es porque tiene miedo de perder a otro ser querido. Una pregunta aclaratoria podría ser: "¿Te preocupa que no esté aquí para cuidarte?"
¿Cuánto tiempo viviré?
Una respuesta podría ser que nadie sabe cuánto tiempo va a vivir, pero que nadie vive para siempre. Se le debe asegurar al niño que la mayoría de las personas viven hasta que son mayores y que a muchas personas mayores no les preocupa la muerte.