No sufren una única pérdida sino muchas
Diferentes pérdidas que podemos experimentar
Cuando una persona que usted ama fallece, además de la pérdida principal de ese ser querido, a menudo se producen otras pérdidas secundarias que deberá enfrentar. El entorno personal y social cambia, y a menudo demanda nuevos comienzos. Es entonces cuando la persona en duelo debe analizar lo que ha perdido y ganado como consecuencia del resultado final.
A continuación encontrará una lista de las diferentes pérdidas que es posible experimentar luego de la muerte de un ser querido.
- Pérdida del ser querido: muchas personas cometen el error de pensar que esta es la única pérdida que se debe enfrentar.
- Pérdida de uno mismo: esta es la parte de nosotros mismos que le entregamos a la persona que amamos. Al enfrentar la muerte, las personas en duelo a menudo sienten que esta parte de su ser les ha sido "arrancada".
- Pérdida de la identidad: en ocasiones, las personas se identifican con el rol que ocuparon en una determinada relación. Cuando el otro ya no está presente y deja de cumplir su rol, a veces las personas dejan de sentirse "enteras".
- Pérdida de la autoconfianza: las personas en duelo a menudo se sienten extrañas. Pueden sentir que no están atravesando el período de duelo de forma apropiada, o que deberían sentirse mejor, o que podrían haber hecho algo para evitar el fallecimiento.
- Pérdidas del estilo de vida elegido: la muerte de un ser querido obliga a las personas a comenzar una nueva forma de vida. El cónyuge en duelo, por ejemplo, se ve obligado a estar soltero nuevamente.
- Pérdida de la seguridad: las personas en duelo a menudo describen la incertidumbre de no saber qué sucederá después o cuáles serán sus respuestas o reacciones. Su rutina y realidad cambian, lo que aumenta la sensación de inseguridad.
- Pérdida de la sensación de seguridad: un cónyuge en duelo expresó: "Me siento expuesto a los helados vientos de la vida sin mi ser querido. Hacen que me sienta muy vulnerable".
- Pérdida de la estructura familiar conocida: la muerte cambia al instante la composición de la familia de una persona, y crea otro nivel de ajuste que es necesario enfrentar.
- Pérdida del modo familiar de relacionarse con la familia y los amigos: con frecuencia, los familiares y amigos no saben cómo responder a la tristeza, enojo, miedo y otras emociones de la persona en duelo, por lo que podrían sentirse incómodos en su presencia o evitar el contacto con ella.
- Pérdida del pasado: los nuevos conocidos y amigos pueden aceptarnos y brindarnos su apoyo, pero no comparten la historia de la persona en duelo.
- Pérdida del futuro: para una persona en duelo puede ser atemorizante pensar en el futuro, pensar en el año siguiente o el mes siguiente o la semana siguiente sin su ser querido. Existe el temor de que, cualquiera sea el futuro por delante, siempre será tan doloroso como el momento presente.
- Pérdida de la dirección: como dijo un hombre en duelo, "desde que mi esposa falleció, pareciera que la vida ya no tiene ningún propósito; nada parece tener importancia".
- Pérdida de los sueños: muchas personas en duelo se lamentan de que aquellos sueños que tenían para el futuro no se concretarán.
- Pérdida de la confianza: las personas en duelo a menudo se sienten inseguras de volver amar a otra persona con la misma intensidad luego de una pérdida significativa. Pueden temer al dolor que provocaría otra perdida. Muchas personas en duelo afirman que también tienen dificultades para confiar en sí mismos nuevamente debido a profundos sentimientos de inseguridad.
- Pérdida de la capacidad de compartir la vida con un ser querido: muchas personas en duelo lamentan la pérdida de ese compañero permanente con quien siempre compartían las pequeñas cosas de la vida. Lamentan la pérdida de su mejor amigo, su confidente. Los padres a quienes se les ha muerto un hijo a menudo aseguran sentirse excluidos de la experiencia de disfrutar de los "años de la infancia".
- Pérdida de la capacidad de concentrarse: la persona en duelo se ve tan profundamente afectada por la pérdida que se le hace difícil concentrarse en cualquier otra cosa que no sean los aspectos básicos de la vida cotidiana.
- Pérdida de la capacidad de ver todas las opciones disponibles: dado que los cambios en el estilo de vida producidos por la pérdida no fueron su elección, muchas personas en duelo experimentan el sentimiento inconsciente de que no tienen control sobre su propia vida.
- Pérdida de la capacidad para tomar decisiones: debido a la inseguridad y a la falta de autoconfianza, las personas en duelo pueden experimentar dificultades a la hora de tomar decisiones. También pueden sentirse confundidos ya que reciben diferentes consejos de otras personas.
- Pérdida del sentido del humor: a veces es difícil disfrutar del humor cuando una de las personas más importantes de nuestra vida ya no está entre nosotros.
- Pérdida de la salud: intentar procesar el dolor emocional y psicológico a menudo provoca problemas físicos como náuseas, migrañas, tensión muscular, problemas de espalda, etc.
- Pérdida de la alegría y la felicidad interior: es difícil sentirse alegre y feliz cuando su vida ha sido destrozada por la pérdida de un ser querido.
- Pérdida de paciencia con uno mismo: por lo general, las personas en duelo desean aliviar su dolor; quieren sentirse mejor ahora y podrían experimentar sensaciones de incapacidad si el dolor se prolonga más de lo esperado.
Para los familiares y amigos de quienes han experimentado la pérdida de un cónyuge, padre o cualquier otro ser querido suele ser difícil comprender por qué el proceso de duelo dura tanto tiempo. Todos deseamos ver feliz a nuestro ser querido y que "continúe con su vida". Es importante que los familiares y amigos tomen conciencia de los diferentes niveles de pérdida que deberá atravesar. Conocer esta realidad puede ayudar a quienes cuidan de la persona en duelo a ser más pacientes y comprensivos.