Cómo enfrentar el Año Nuevo cuando atraviesa un duelo
Aceptar el Año Nuevo
Cuando atravesamos un duelo, ya es difícil vivir cada día tal como se presenta. Puede ser desalentador enfrentarse al nuevo año que se presenta ante nosotros. Quizá sentimos temor ante lo que el Año Nuevo nos depara. Quizás nos preocupe si podemos o no enfrentar más desafíos. Nuestra actual sensación de vacío y soledad nos puede quitar las ganas de enfrentar un nuevo año.
Puede que nos digamos: "Solía estar tan ocupado. Solía sentirme tan necesitado, tan útil. Ahora parece no haber nada más que espacio vacío y tiempo vacío". Ya es difícil levantarnos en la mañana sin saber lo que haremos durante el día; ¿qué haremos en todo un año?
Anhelar recuperar el pasado puede a veces generar resistencia a aceptar el año nuevo. El pasado era donde nos sentíamos confortables, donde nos sentíamos seguros, donde nos sentíamos bien. El dolor nos agobia hoy y tememos que el año nuevo no nos traiga nada diferente. Estamos tristes por la persona que extrañamos y el preciado pasado que compartimos. Pensamos en cómo era y deseamos volver el tiempo atrás.
La llegada del año nuevo puede tener distintos significados para las distintas personas en duelo. Si le damos la bienvenida, le tememos o ignoramos al año nuevo, probablemente dependa del momento en que nos encontremos dentro de nuestro proceso de duelo. La pregunta no es si aparecerá el dolor, sino cómo lo hará y cómo lo enfrentaremos.
Un proceso de aprendizaje
Si su pérdida fue reciente, repentina o inesperada, podría vivirla como un shock, como si estuviera viviendo un mal sueño o la vida de otra persona, tratando desesperadamente de volver a su vida "anterior". Lo último en lo que quiere pensar es el desafío de un nuevo año. Escribir o hablar reiteradamente sobre la muerte de su ser querido puede hacerlo sentir embotado o alejado de la realidad. Con el tiempo puede darse cuenta de que su vida no es lo que pensaba que sería, que su mundo ha cambiado.
Therese Rando, reconocida autora y especialista en duelo, describe el duelo como un proceso de aprendizaje. Cada minuto al lado de un ser querido crea patrones sobre cómo uno opera y qué espera. Cada nuevo desafío, como preparar las declaraciones de impuestos, arreglar cosas y comenzar un nuevo año, se convierte en una nueva ocasión para aceptar la ausencia de su ser querido y encontrar nuevas formas de hacer frente, incluso si los nuevos desafíos le traen dolor nuevo.
Tal vez se empiece a sentir deseoso de recibir el cambio, ahora que empieza a sentir alivio de su dolor. Tal vez empiece a sentirse deseoso de que se produzcan cambios, ahora que su dolor comienza a apaciguarse.
Puede encontrar confort y alegría al saber que hizo todo lo que pudo y amó bien. Enriquecido por el amor que alguna vez disfrutó, ahora puede mostrar una compasión más profunda por todos los que sufren. Con el correr de los días entenderá que la vida es un regalo para disfrutar con quienquiera que se cruce en su camino. Y quizá con el tiempo sienta deseos de hacer por su cuenta lo que ambos esperaban lograr juntos.
Aunque esté asustado y solo, e incluso si siente nostalgia del pasado, igual puede comenzar a abrir de a poco la puerta hacia el futuro.
Consejos para afrontar el nuevo año:
- Comience por descansar lo suficiente. Si todavía está agotado por el cuidado que brindó o por un duelo intenso, enfóquese en la recuperación física. Considere hablar con su médico sobre cómo recuperarse físicamente.
- Permítase un descanso mental. Reemplace los pensamientos negativos por afirmaciones positivas sobre su persona, y relájese con música, oración, literatura edificante, lágrimas y risas.
- Preste atención a sus esperanzas y deseos. Busque pequeños detalles en los que pueda volver a encontrar placer.
- Súmese a un grupo de apoyo o hable con amigos y familiares que puedan compartir recuerdos.
- Busque el apoyo espiritual de un ministro local, rabino, sacerdote o imán.
- Encuentre el coraje de avizorar el futuro viviendo en el presente, un día a la vez. Haga lo mejor que pueda para cuidarse y cuidar a lo demás, hoy.