Perder a un hermano

Apoyo para superar la pérdida

La muerte de un hermano es la pérdida a la que menos se presta atención en la vida adulta. Perder a un hermano significa perder a alguien que conocía su historia de vida desde sus inicios. Puede dar lugar a sentimientos de culpa por problemas no resueltos entre hermanos, o provocar una sensación de abandono.

La pérdida de un hermano adulto a menudo cae en la categoría de "duelo marginado". Las condolencias se extienden tradicionalmente a los padres sobrevivientes, a un cónyuge o hijos, pero a veces se espera que los hermanos y hermanas sobrevivientes "lo superen" rápidamente para que puedan reconfortar a otros o "reemplazar" al hermano perdido. Es posible que los hermanos no reciban el apoyo que necesitan para superarlo y tal vez oculten sus sentimientos a los demás.

La vida cambia en un instante

Los problemas comunes que enfrentan los hermanos y hermanas sobrevivientes incluyen:

Búsqueda de una nueva identidad

Una persona que formó parte de su vida desde siempre es una pieza fundamental de su historia, que contribuyó a definir quién es hoy y cómo vive su vida.

La muerte de un hermano, sin embargo, altera el orden de nacimiento dentro de una familia, quitándoles a los hermanos sobrevivientes las fortalezas, características e identidades individuales que están estrechamente vinculadas al orden de nacimiento. Se necesita tiempo para aprender a vivir su vida nuevamente. Es necesario encontrar en su interior el rol que supo cumplir su hermano o hermana. Uno no "supera" esta pérdida, sino que "se adapta" a ella.

La pérdida de un futuro junto a su hermano o hermana

No solo ha perdido a la persona real y su relación con él o ella, sino que ha perdido el papel que habrían desempeñado en su futuro. Usted continúa, se casa, tiene hijos, compra una casa, triunfa o fracasa, se jubila. Cada evento subraya la terrible realidad de que su hermano o hermana no está allí. Para siempre, todos los eventos, sin importar lo maravillosos que sean, tienen un sabor agridulce. Las llamadas reacciones de aniversario pueden surgir en cumpleaños, días festivos y otras ocasiones especiales.

Cuidado

Lo que impide que muchos hermanos en duelo procesen su propio dolor es el deseo de proteger a alguien, tal vez a sus padres, cónyuge o hijos. El objetivo es "estar allí" para otra persona y de esta manera dejan de lado su propio proceso de duelo. No es raro que los hermanos sobrevivientes acepten el dolor de los demás o asuman el papel de "cuidadores compulsivos", siempre disponibles para los demás que están de duelo.

Los cuidadores compulsivos pueden enfocar tanta energía en otros lugares que se vuelven vacíos, se sobreestresan y, a veces, sufren de depresión clínica. Pueden parecer "irascibles", hablar con oraciones cortas y rápidas mientras niegan el dolor subyacente. Sus sentimientos no reconocidos pueden volverse pesados ​​y agobiantes, lo que les impide recuperarse y recuperar un sentido de identidad.

Para resolver el cuidado compulsivo, enfrente su propia tristeza y dolor, hágase cargo y siéntala tan profundamente como lo necesite. El autor John Gray dice, "Puede sanar lo que siente". Es posible que deba hablar sobre cada detalle de la muerte y expresar los sentimientos asociados una y otra vez hasta que agote el dolor.

Hágase valer

Un último comentario: no se avergüence si una de sus preocupaciones o pensamientos es "¿seré el próximo?". Cuando los hermanos adultos mueren, es natural cuestionar su propia mortalidad. Los hermanos son pares, así que tiene sentido y es normal pensar de esta manera.

La sociedad puede no reconocer la intensidad de la pérdida de un hermano, pero los hermanos en duelo saben que la pérdida tiene un impacto real, a veces devastador. Es posible que tenga que educar a las personas que lo rodean y pedirles el apoyo que tanto necesita de ellas. Hágase valer y pida lo que necesita.

Averigüe si el cuidado de hospicio podría ayudar a su ser querido.