Cuidado de hospicio pediátrico
Por lo general, se define a los pacientes de hospicio pediátrico como aquellos pacientes desde su nacimiento hasta los 21 años de edad. En efecto, los niños y sus familias pueden recibir servicios de hospicio desde antes del nacimiento del niño y continuar, en el caso de algunos niños, hasta después de los 21 años, dependiendo de los síntomas. El cuidado de hospicio pediátrico difiere de los servicios generales de hospicio en el hecho de que los niños pueden recibir tratamientos curativos al mismo tiempo que los servicios de hospicio.
El cuidado de hospicio pediátrico se centra en la familia en lugar del paciente. El equipo de hospicio trabaja con la familia y los demás médicos del niño para lograr una atención física, psicosocial y espiritual sin inconvenientes. Los padres toman la delantera al determinar el plan de cuidado en colaboración con su médico, y las necesidades de los hermanos y otros familiares también son importantes.
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El papel del hospicio
Como equipo interdisciplinar, los profesionales de hospicio ayudan de diversas maneras, desde el control de los síntomas del niño hasta sesiones de terapia para los padres que estén enojados con la vida, para asegurarse de que la familia tenga un poco de alivio y descanso. Todos los recursos se destinan a mejorar la calidad de vida.
Los servicios de hospicio se brindan en el lugar donde se encuentre el paciente. Con el cuidado de hospicio pediátrico, la atención se puede brindar en el hogar o en el hospital, otra de las diferencias del hospicio pediátrico. El cuidado de hospicio ayuda a la familia a centrarse en el niño sin descuidar al resto de la familia. El equipo de hospicio, disponible por teléfono en cualquier momento del día, puede brindar información a la familia y ofrecer cuidados prácticos. Cuando sea médicamente necesario, se puede enviar a un miembro del equipo para que visite al paciente de inmediato.
Todas las necesidades relacionadas con el diagnóstico de enfermedad terminal de un niño, desde medicamentos hasta suministros y equipos, se le entregan al paciente sin costo alguno para la familia. El cuidado de hospicio pediátrico es pagado por Medicaid, un seguro privado u otras formas de reembolso.
El cuidado de hospicio pediátrico no finaliza con la muerte del niño. Las necesidades de la familia van mucho más allá de eso, y el cuidado de hospicio pediátrico continúa apoyando su deseo de paz, dignidad y despedida durante el proceso de agonía y después de la muerte.
El enfoque de VITAS al cuidado de hospicio pediátrico
VITAS Healthcare tiene los recursos y la experiencia necesarios para brindar una amplia gama de servicios integrales e intensificar su tan respetado cuidado de hospicio. Incluyen terapias musicales y de masajes, visitas de mascotas Paw Pals® y osos de peluche conmemorativos, voluntarios y VITAS Community Connection. VITAS ofrece los recursos que le permiten a una familia brindar la atención única que su hijo merece.
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Nuestros médicos pediátricos trabajan con los médicos del niño y están disponibles para consultas sobre el manejo de dolor y síntomas, y para realizar visitas a domicilio cuando sea necesario.
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Los enfermeros se especializan en evaluar y manejar el dolor y otros síntomas, tales como vómitos, agitación y fiebre. Son cuidadores con especialización pediátrica que brindan cuidados prácticos en el hogar. El auxiliar de hospicio ayuda a la familia con el cuidado personal del niño.
- Los trabajadores sociales especializados en problemas psicosociales pediátricos apoyan al niño, la familia y a otros cuidadores, incluyendo al equipo del hospital y al personal del consultorio del pediatra.
- Los capellanes trabajan con el clérigo de la familia y ofrecen apoyo espiritual y emocional para el niño y la familia.
- Los voluntarios capacitados ofrecen ayuda adicional jugando con el niño o los hermanos para darles a los padres un tiempo libre.
- Los terapeutas respiratorios, dietistas y otros especialistas pediátricos satisfacen las necesidades exclusivas del niño.
- Los programas de apoyo ante el duelo ayudan a los familiares a enfrentar los desafíos diarios antes o después de la muerte del niño.